Hijo mío, pon en práctica[1] mis palabras y atesora mis mandamientos.
Querido jovencito, ten presente lo que te digo y obedece mis mandamientos.
Guarda, hijo mío, mis palabras, conserva como un tesoro mis mandatos.
/nHijo mío, guarda mis razones, /nY atesora contigo mis mandamientos.
HIJO mío, guarda mis razones, y encierra contigo mis mandamientos.