De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia.
Dios ya no nos acepta por obedecer la ley; ahora sólo acepta a los que confían en Cristo. Con Cristo, la ley llegó a su cumplimiento.
Porque el fin de la ley es Cristo, para justificación de todo creyente.
porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.