Así que, los que somos más fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no agradarnos a nosotros mismos.
Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada.
Nosotros, los que sí sabemos lo que Dios quiere, no debemos pensar sólo en lo que es bueno para nosotros mismos. Más bien, debemos ayudar a los que todavía no tienen esa seguridad.
Nosotros, los fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no buscar nuestro propio agrado.
Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
ASÍ que los que somos fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.