Porque en cuanto murió, para el pecado murió una vez por todas; pero en cuanto vive, vive para Dios.
En cuanto a su muerte, murió al pecado una vez y para siempre; en cuanto a su vida, vive para Dios.
Cuando Jesucristo murió, el pecado perdió para siempre su poder sobre él. La vida que ahora vive, es para agradar a Dios.
Su muerte fue un morir al pecado, de una vez para siempre; mas su vida, es un vivir para Dios.
Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.
Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez; pero en cuanto vive, para Dios vive.