Y si hago lo que yo no quiero, ya no lo llevo a cabo yo, sino el pecado que mora en mí.
Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en mí.
Pero si hago lo que no quiero hacer, en realidad no soy yo quien lo hace, sino el pecado que está dentro de mí.
Y, si hago lo que no quiero, no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí.
Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que mora en mí.