Así que descubro esta ley: que cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal.
Me doy cuenta entonces de que, aunque quiero hacer lo bueno, sólo puedo hacer lo malo.
Descubro, pues, esta ley: aun queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta.
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Hallo, pues, esta ley, que cuando quiero hacer el bien, el mal está en mí.