Pero ahora, habiendo muerto a lo que nos tenía sujetos, hemos sido liberados de la ley, para que sirvamos en lo nuevo del Espíritu y no en lo antiguo de la letra.
Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito.
Pero ahora la ley ya no puede controlarnos. Es como si estuviéramos muertos. Somos libres, y podemos servir a Dios de manera distinta. Ya no lo hacemos como antes, cuando obedecíamos la antigua ley, sino que ahora obedecemos al Espíritu Santo.
Mas, al presente, hemos quedado emancipados de la ley, muertos a aquello que nos tenía aprisionados, de modo que sirvamos con un espíritu nuevo y no con la letra vieja.
Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
mas ahora libres somos de la ley, habiendo muerto a lo que nos tenía sujetos, para que sirvamos en novedad de espíritu, y no en lo antiguo de la letra.