Así que, hermanos, somos deudores, pero no a la carne para que vivamos conforme a la carne.
Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa.
Por eso, hermanos, ya no estamos obligados a vivir de acuerdo con nuestros propios deseos.
Así que, hermanos míos, no somos deudores de la carne para vivir según la carne,
Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;
Así que hermanos, deudores somos, no a la carne para que vivamos conforme a la carne.