Que maldigan ellos, pero bendice tú; que se levanten, pero sean avergonzados. Y que tu siervo se regocije.
¿Qué importa que ellos me maldigan? ¡Bendíceme tú! Pueden atacarme, pero quedarán avergonzados; en cambio, este siervo tuyo se alegrará.
Pero si tú me bendices, no me importa que me maldigan. Mis enemigos están listos para atacarme, pero tú los pondrás en vergüenza y a mí me llenarás de alegría.
¡Maldigan ellos, pero tú bendice, los que me atacan sean confundidos y tu siervo se alegre!
/nMaldigan ellos, pero bendice tú; /nLevántense, mas sean avergonzados, y regocíjese tu siervo.
Maldigan ellos, pero bendice tú: Levántense, mas sean avergonzados, y regocíjese tu siervo.