Líbrame del oprobio que me aterra, porque tus juicios son buenos.
Lo que más deseo es tu palabra. Me asusta pensar que mis enemigos me desprecien. Ponme a salvo y dame ánimo, pues tú eres un juez justo.
Aparta de mí el oprobio que me espanta, pues son buenos tus juicios.
/nQuita de mí el oprobio que he temido, /nPorque buenos son tus juicios.
Quita de mí el oprobio que he temido: Porque buenos son tus juicios.