En nuestra humillación se acordó de nosotros: ¡Porque para siempre es su misericordia!
Al que nunca nos olvida, aunque estemos humillados; su gran amor perdura para siempre.
Dios no se olvidó de nosotros cuando nos vio derrotados. ¡Dios nunca deja de amarnos!
En nuestra humillación se acordó de nosotros, porque es eterno su amor;
/nEl es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros, /nPorque para siempre es su misericordia;
Él es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros, Porque para siempre es su misericordia;