Ah, Jerusalén, Jerusalén, si llegara yo a olvidarte, ¡que la mano derecha se me seque!
¡Jerusalén, Jerusalén! Si llegara yo a olvidarte, ¡que la mano derecha se me seque! ¡Que me corten la lengua si por estar alegre dejo de pensar en ti!
¡Jerusalén, si yo de ti me olvido, que se seque mi diestra!
/nSi me olvidare de ti, oh Jerusalén, /nPierda mi diestra su destreza.
Si me olvidare de ti, oh Jerusalem, mi diestra quede inválida,