Besad al hijo, no sea que se enoje y perdáis el camino; pues se enciende de pronto su ira. ¡Bienaventurados todos los que en él se refugian!
Bésenle los pies,[2] no sea que se enoje y sean ustedes destruidos en el camino, pues su ira se inflama de repente. ¡*Dichosos los que en él buscan refugio!
Adoren a Dios, para que no se enoje, pues fácilmente se enfurece, y podría quitarles la vida. ¡Dios bendice a todos los que en él confían!
con temblor besad sus pies; no se irrite y perezcáis en el camino, pues su cólera se inflama de repente. ¡Venturosos los que a él se acogen!
/nHonrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; /nPues se inflama de pronto su ira. /nBienaventurados todos los que en él confían.
Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, Cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en Él confían.