(Al músico principal. Sobre Ayélet ha-sájar. Salmo de David) ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Lejos estás para salvarme, lejos de mis palabras de lamento.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¡Tan lejos te mantienes que no vienes en mi ayuda ni escuchas mis gritos de dolor!
= Del maestro de coro. Sobre «la cierva de la aurora». Salmo. De David. =
/nDios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? /n¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?