¡cuán preciosa es, oh Dios, tu bondad! Por eso los hijos del hombre se refugian bajo la sombra de tus alas.
¡cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! a la sombra de tus alas.
Dios mío, ¡tu amor es incomparable! Bajo tu sombra protectora todos hallamos refugio.
(8) oh Dios, ¡qué precioso tu amor! Por eso los hijos de Adán, a la sombra de tus alas se cobijan.
/n¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! /nPor eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu bondad! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.