¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera a Dios, porque aún le he de alabar. ¡El es la salvación de mi ser,
¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!
¡Pero no hay razón para que me inquiete! ¡No hay razón para que me preocupe! ¡Pondré mi confianza en Dios mi salvador! ¡Sólo a él alabaré!
(6) ¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y
/n¿Por qué te abates, oh alma mía, /nY te turbas dentro de mí? /nEspera en Dios; porque aún he de alabarle, /nSalvación mía y Dios mío.
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle por la ayuda de su presencia.