y mi Dios! Mi alma está abatida dentro de mí. Por esto me acordaré de ti en la tierra del Jordán y del Hermón, en el monte de Mizar.
Me siento sumamente angustiado; por eso, mi Dios, pienso en ti desde la tierra del Jordán, desde las alturas del Hermón, desde el monte Mizar.
Me siento muy angustiado, y por eso pienso en ti. Las olas de tristeza que has mandado sobre mí, son como un mar agitado; son como violentas cascadas que descienden de los cerros, de los montes Hermón y Mizar, y se estrellan en el río Jordán.
(7) mi Dios! En mí mi alma desfallece. por eso te recuerdo desde la tierra del Jordán y los Hermones, a ti, montaña humilde.
/nDios mío, mi alma está abatida en mí; /nMe acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán, /nY de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
Dios mío, mi alma está abatida dentro de mí: Me acordaré por tanto de ti desde tierra del Jordán, Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.