El hombre que vive con honores, pero sin entendimiento, es semejante a los animales que perecen.
A pesar de sus riquezas, no perduran[3] los mortales; al igual que las bestias, perecen.
Puede alguien ser muy rico, y jamás imaginarse que al fin le espera la muerte como a cualquier animal.
(21) El hombre en la opulencia no comprende, a las bestias mudas se asemeja.
/nEl hombre que está en honra y no entiende, /nSemejante es a las bestias que perecen.
El hombre en honra que no entiende, Semejante es a las bestias que perecen.