A ti, fortaleza mía, vuelvo los ojos, pues tú, oh Dios, eres mi protector.
Yo pongo en ti mi confianza, pues tú eres mi fortaleza. ¡Tú, Dios mío, eres mi protector!
(10) Oh fuerza mía, hacia ti miro. Pues es Dios mi ciudadela,
/nA causa del poder del enemigo esperaré en ti, /nPorque Dios es mi defensa.
A causa de su fuerza esperaré yo en ti: Porque Dios es mi defensa.