No entregues a las fieras la vida de tu tórtola; no olvides para siempre la congregación de tus pobres.
No entregues a las fieras la vida de tu tórtola; no te olvides, ni ahora ni nunca, de la vida de tus pobres.
Este pueblo tuyo es frágil como una mariposa; ¡no te olvides de nosotros, ni dejes que nos devoren nuestros feroces enemigos!
No entregues a la bestia el alma de tu tórtola, la vida de tus pobres no olvides para siempre.
/nNo entregues a las fieras el alma de tu tórtola, /nY no olvides para siempre la congregación de tus afligidos.
No entregues a las bestias el alma de tu tórtola: Y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos.