A Dios busco en el día de mi angustia. Sin cesar extiendo a él mis manos en la noche; mi alma rehúsa el consuelo.
Cuando estoy angustiado, recurro al *Señor; sin cesar elevo mis manos por las noches, pero me niego a recibir consuelo.
En los momentos más difíciles, siempre busco a Dios. Con las manos levantadas me paso la noche orando, aunque ni esto me consuela.
(3) En el día de mi angustia voy buscando al Señor, por la noche tiendo mi mano sin descanso, mi alma el consuelo rehúsa.
/nAl Señor busqué en el día de mi angustia; /nAlzaba a él mis manos de noche, sin descanso; /nMi alma rehusaba consuelo.
Al Señor busqué en el día de mi angustia: Mi mal corría de noche y no cesaba: Mi alma rehusó el consuelo.