Tu vid está derribada, quemada por el fuego; a tu reprensión perece tu pueblo.[1]
El enemigo nos ha derrotado; le ha prendido fuego a nuestras ciudades. ¡Repréndelos, destrúyelos!
(17) ¡Los que fuego le prendieron, cual basura, a la amenaza de tu faz perezcan!
/nQuemada a fuego está, asolada; /nPerezcan por la reprensión de tu rostro.
Está quemada a fuego, asolada: ¡Perezcan por la reprensión de tu rostro!