Nadie diga cuando sea tentado: 'Soy tentado por Dios'; porque Dios no es tentado por el mal, y él no tienta a nadie.
Que nadie, al ser tentado, diga: 'Es Dios quien me tienta.' Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie.
Cuando ustedes sean tentados a hacer lo malo, no le echen la culpa a Dios, porque él no puede ser tentado, ni tienta a nadie a hacer lo malo.
Ninguno, cuando sea probado, diga: «Es Dios quien me prueba»; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie.
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
Cuando uno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado con el mal, ni él tienta a nadie;