Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen.
Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan.
Sino que cada uno es probado por su propia concupiscencia que le arrastra y le seduce.
sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
sino que cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído, y seducido.