Porque cuando alguno es oidor de la palabra y no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que mira su cara natural en un espejo.
El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo
Porque si alguno se contenta con oír la Palabra sin ponerla por obra, ése se parece al que contempla su imagen en un espejo:
Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
Porque si alguno es oidor, y no hacedor de la palabra, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.