Después alcé mis ojos y miré, y he aquí un hombre que tenía en su mano una cuerda de medir.
Alcé la vista, ¡y vi ante mí un hombre que tenía en la mano un cordel de medir!
Volví a levantar la vista, y vi delante de mí a un hombre con una cinta de medir en la mano.
Alcé luego mis ojos y tuve una visión: Eran cuatro cuernos.
Alcé después mis ojos y miré, y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir.
ALCÉ después mis ojos, y miré y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir.