Le pregunté: —¿A dónde vas? Y él me respondió: —A medir a Jerusalén, para ver cuál es su ancho y cuál es su largo.
Le pregunté: '¿A dónde vas?' Y él me respondió: 'Voy a medir a Jerusalén. Quiero ver cuánto mide de ancho y cuánto de largo.'
Le pregunté a dónde iba, y me dijo: «Voy a medir la ciudad de Jerusalén. Quiero saber cuánto mide de largo y cuánto de ancho».
Y dije al ángel que hablaba conmigo: «¿Qué son éstos?» Me dijo: «Son los cuernos que dispersaron a Judá (a Israel) y a Jerusalén.»
Y le dije: ¿A dónde vas? Y él me respondió: A medir a Jerusalén, para ver cuánta es su anchura, y cuánta su longitud.
Y le dije: ¿A dónde vas? Y él me respondió: A medir a Jerusalem, para ver cuánta es su anchura, y cuánta su longitud.